El Arte Kitsch es un arte que esta presente en todo ya que es un arte anacrónico que fusión elementos artísticos ya establecidos para darles una formación con recarga sentimental. Siempre estamos frente al arte Kitsch, ya que vemos, respiramos, creamos y consumimos, ya que es aquello ke parece ser pero no es.
El kitsch es algo más que un movimiento decorativo. No existe ninguna palabra en castellano que sea sinónimo de este término de origen alemán. Lo que encierra el significado de esta palabra es una expresión artística que surge de la necesidad de expresar la felicidad de una clase media sin grandes metas intelectuales. Lo kitsch se limita a buscar el placer por la ostentación y por el derroche de formas y colores. Fruto del consumismo, esta tendencia está totalmente en contra de lo funcional.
Las líneas curvas llenas de objetos cumplen con el gran principio del kitsch: la ornamentación a ultranza. El colorido no entiende de la simplicidad, de colores negro y blanco, y prefiere los colores vivos y contradictorios. Rojos, rosa, lilas y violetas son las tonalidades más predominantes. Los materiales empleados con más asiduidad para la decoración de estancias suelen ser imitaciones de otros más costosos: cerámica y plásticos que simulan mármol, zinc que pretende ser bronce... Tampoco está en la naturaleza del kitsch mantener el tamaño natural de lo representado, por el contrario existe una permanente tendencia a la distorsión de los objetos en función de la decoración, ya sea una pintura a la medida del muro, un teléfono con forma de manzana o un edificio con forma.
El verdadero kitsch no es realmente intencional, sino que se da con el tiempo. El hecho de que esta corriente se haya puesto tan de moda ha provocado la obsesión de algunos fans de lo kitsch por conseguir crear ambientes que sigan sus directrices. El problema es que el amontonamiento de objetos no se busca, es el paso de los años lo que hace que esos recuerdos tengan que ser almacenados en algún rincón de la casa. Ése es el encanto de esta tendencia. Los objetos no carecen de atractivo individualmente, pero el conjunto siempre parece dañar las leyes de la continuidad y del buen gusto.